Arte Estelar - Una introducción a los mitos de Diferentes Culturas

El mirar las estrellas ha cautivado a los seres humanos desde siempre. Nuestros ancestros miraban el cielo nocturno y encontraban formas y patrones entre las estrellas. Muy a menudo creaban historias para explicar lo que veían. La misma constelación de estrellas era vista de forma muy diferente por personas que vivían en distintos países, o hasta por aquellas que vivían en diferentes partes del mismo país. Cuando se mira la constelación de Capricornio, por ejemplo, las antiguos aztecas veían a Cipactli, la ballena. En India, Makaram, un antílope, era visto en la misma constelación. Los asirios pensaban que la constelación se parecía más a un salmonete, mientas que los antiguos griegos pensaban que se parecía a una puerta por donde pasaban los dioses. Más abajo encontrarás una muestra de mitos sobre las constelaciones de diferentes culturas: un mito indú Shawnee, un mito griego, un mito indú del Bosque, y un mito del este de India.

1. Mito Indú Shawnee

Un grupo de de hermanas jóvenes danzaban en círculo alegremente en el cielo. Fueron vistas por un valiente y mágico cazador llamado Halcón Blanco, quien quería tener a alguna de ellas como esposa. Halcón Blanco se disfrazó de ratón de campo, fue a los cielos, y se deslizó cerca de las hermanas. Se decidió por la hermana menor, a quien tomó y se la llevó. Halcón Blanco fue muy correcto con la joven y ella se enamoró rápidamente de él. Aunque estaba contenta con su marido, la menor de las hermanas aún deseaba danzar en los cielos con sus hermanas. Halcón Blanco le dió una mágica pluma de halcón blanca que le permitía viajar en una canasta de plata entre la Tierra y los cielos. Los dueños de la Tierra siempre ven un agujero en el círculo de estrellas. Este es el lugar reservado para la hermana más joven; sólo podrá llenarse cuando ella viaje hacia los cielos para unirse a la danza.

2. Mito Griego

Constellation embedded into drawing of Cassiopeia sitting on a wooden thrown.

Casiopea, la reina de la antigua Etiopía, era una mujer muy hermosa. Desafortunadamente, era muy vanidosa y pasaba mucho tiempo fanfarroneando sobre su belleza. Ella incluso se jactó de que era mucho más bella que las doncellas que asistían a Poseidón, el dios de los mares, en su reino debajo del agua. Cuando las doncellas de Poseidón supieron esto, se enojaron muchísimo. Las doncellas demandaron a Poseidón que castigara a Casiopea por atreverse a compararse con ellas. Poseidón estuvo de acuerdo en que debía ser castigada. La puso en los cielos pero para ser despreciada, no honorificada. Casiopea se balancea cada media noche alrededor de la Estrella del Norte. Está sentada en una silla, pero la silla está mirando para abajo. Casiopea se tiene que tomar con las dos manos, para evitar caerse. Su posición en el cielo es muy humillante para alguien que estaba tan orgullosa de ser hermosa.

3. Mito Indú del Bosque

Constellation embedded into a drawing of an animal.

A finales de la primavera, un oso se despertó de su largo sueño de invierno y vagaba fuera de su guarida en la ladera de la montaña en búsqueda de alimento. Pronto, tres cazadores avistaron al oso y comenzaron a perseguirlo. Como el oso, los cazadores estaban hambrientos luego del largo y frío invierno. El primer cazador llevaba un arco y flecha con el cual esperaba matar al oso. El segundo cazador llevaba una olla en la cual esperaba cocinar al oso. El tercer cazador iba detrás de ellos. Iba recolectando madera para el gran fuego que iba a ser necesario hacer para cocinar tanta cantidad de comida. Todo el verano, los cazadores persiguieron al oso a través del cielo. En el otoño, el oso comenzó a estar más débil y el primer cazador pudo dispararle con una flecha. La flecha mató al oso quien calló sobre su espalda. Los cazadores se comieron al oso y dejaron abandonado su esqueleto. Cuando el otoño se transformó en invierno, el clima se hizo más y más frío. El esqueleto del oso estaba aún visible en el cielo, pero el espírtu del oso entró en un nuevo cuerpo --el cuerpo de otro oso que dormía. Durante todo el invierno el oso durmió. Cuando la primavera regresó nuevamente, el oso despertó y fue en búsqueda de comida. Una vez más, fue cazado y matado. Su espíritu pasó a otro oso que dormía en su guarida... y así continuó sucediendo año tras año.

4. Mito de Este de India

Constellation embedded into drawing of a dog.

Hace mucho, mucho tiempo en India, había cinco príncipes que dejaron su reino en búsqueda del reino de los cielos. Llevaron alimento y bebida para su viaje y el Príncipe Yudistira llevó a su perro, Svana. Yudistira era el mayor. Sus hermanos eran Sahadeva, el omnisapiente, quien sabía más que todos los hombres; Nakula, el apuesto, famoso por su gracia y belleza; Arjuna, el todo poderoso, quien nunca había sido derrotado en ninguna contienda; y Bhima, el alegre, conocido por su buen humor y amor por el placer. Luego de varios días de viaje, los hermanos llegaron a una feria donde había música y la gente estaba festejando y danzando. Bhima, el alegre dijo a sus hermanos, "Descansaré aquí hoy y seré feliz, buscaré el reino de los cielos mañana".

Yudistira, sus hermanos, y el perro, siguieron sin él. Varios días después, los viajeron llegaron a un gran planicie donde un gran ejército esta alineado frente al enemigo. Cuando Arjuna, el todo poderoso, vió esto le dijo a sus hermanos, "Lucharé por mi país hoy y buscaré el reino de los cielos mañana".

Yudistira, sus hermanos, y el perro Svana continuaron sin él. Pasaron muchos días y noches. Los viajeros llegaron a un palacio magnífico rodeado por jardines llenos de flores y fuentes. Una hermosa princesa paseaba con sus sirvientes por los jardines. Cuando vió a Nakula, se enamoró de él. Nakula, también, se enamoró. Le dijo a sus hermanos, "Me quedaré con la princesa hoy, buscaré el reino de los cielos mañana". Nakula se fue a los jardines y Yudistira, su hermano Sahadeva, y el perro Svana continuaron sin él.

Muchos cansadores días y noches más tarde, los viajeros llegaron a un gran templo donde vivían los hombres santos. Sahadeva, el omnisapiente, deseó quedarse con ellos rezando y estudiando. Le dijo a su hermano Yudistira, "Me quedaré aquí hoy y buscaré el reino de los cielos mañana". Sahadeva se quedó en el templo, y Yudistira y Svana continuaron sin él. Finalmente, Yudistira llegó al Monte Meru, la puerta al cielo. Indra, el Señor del Pasado y el Presente, apareció ante él y lo invitó a ascender. Yudistira se inclinó y dijo, "Lo haré de buena gana si puedo llevar a mi perro, Svana". "Esto no puede ser", dijo Indra. "No hay lugar en el cielo para los perros. Déjalo y entra a la felicidad eterna."

"No puedo hacer esto," dijo Yudistira. "No deseo ninguna felicidad por la cual deba dejar a mi querido compañero".

"Viajaste sin tus cuatro hermanos", dijo Indra. "¿Por qué no podrías ascender a los cielos sin tu perro?"

"Mi Señor," dijo Yudistira, "mis hermanos me dejaron para seguir el deseo de su corazón. Svana ha dado su corazón por mí. Antes de renunciar a él, renunciaré al paraíso."

"Has dicho lo correcto," dijo Indra. "Entra, y trae a tu perro contigo". Entonces Yudistira y Svana ascendieron al paraíso. En reconocimiento por la devoción que se sentían el uno por el otro, Indra puso en el cielo una constelación de un Gran Perro que contiene a la estrella Sirio, que es la más brillante de todas las estrellas.